Vistas de página en total

4,028

martes, 28 de mayo de 2013

La cola del INEM


Uno de los lugares más visitados en los tiempos de crisis que estamos viviendo es sin ninguna duda la oficina del INEM. A nadie le gusta ir allí por los motivos que todos conocemos, pero su visita no deja de ser obligada cada poco tiempo. Lo que provoca las famosas colas del INEM.

Ir al INEM es poco menos que una aventura. Nunca sabes lo que te puedes encontrar allí. En mis ya numerosas visitas he visto infinidad de cosas, muchas de ellas que me han llamado la atención, pero nada como esas interminables colas que llegan a desesperar a cualquiera. En esas colas hay cosas bastante negativas, como los listillos que sacan números de más y luego intentan colocarlos entre sus colegas para colarlos, lo que provoca más de una voz de desagrado entre las personas que están respetando religiosamente su turno y se ven avasallados por esta práctica. La falta de espacio es otra de las cosas negativas, muchas veces nos encontramos hacinados como si fuéramos cerdos metidos en cochiqueras. Y luego claro está, la pérdida de tiempo. Puedes perder perfectamente la mañana entera en la cola del INEM, llegar a las 9 de la mañana y salir a las 1 de la tarde con la misma sensación con la que llegaste.
Pero en estos tiempos de desesperación, yo intento verle la cara positiva a esa cola del INEM. Porque cuando estás allí siempre te surge la posibilidad de conocer gente nueva y sacar buenas conversaciones, o como diría Edward Norton en “El Club de la Lucha” raciones individuales de amigos. Esas raciones individuales hacen que merezca la pena en muchas ocasiones estar en esa dichosa cola del INEM. Intercambiar tus dudas, hablar de fútbol o de cualquier otra cosa con una persona que posiblemente ya no la vuelvas a ver en la vida es una experiencia francamente reconfortante. Por eso yo no entiendo a esos “carabucos” que van allí y que da hasta miedo mirarles a la cara y ya ni mucho menos decirles algo, vamos, que yo ni me atrevo a preguntarle a uno de esos ni por la hora.
Es por eso que yo digo que incluso en esas situaciones que a ninguno nos gusta vivir, como es esperar en la cola del INEM, se pueden sacar experiencias positivas y agradables si se interactúa con la persona que se tiene al lado y antes de que te des cuenta habrá llegado tu turno. Pero claro, para eso hace falta tener la actitud necesaria y si la tienes, seguro que todo te parece mucho menos malo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario